Saturday, March 6, 2010

MJD Día #2

¡Aquí estamos! Llegamos anoche a Santiago, e inmediatamente fue el caos. La aduana no fue problemática para nosotros, sino para nuestro equipaje. El obispo de Puerto Plata había escrito una carta al aeropuerto anteriormente, pero cuando llegamos a las 9:30pm el jefe ya había salido, yo no podía aprobar las medicinas. Los empleos no dijeron que tendríamos que dejarlas allí y volver esta mañana para sacarlas después de que fueran aprobadas. El Padre eventualmente logró convencerlos a permitirnos tomarlas anoche, así que estamos quedándonos más o menos TRES horas lejos del aeropuerto.


Pusimos todas nuestra maletas (¡nunca he visto tantas!) en dos camiones, y nosotros montamos en el guagua que el Padre alquiló de un convento, y empezamos por Cabarete. Paramos en el borde de Santiago en una tienda para comprar agua y comida. Todos teníamos que utilizar el baño ... se me había olvidado la condición de los servicios en los otros países. Ni un asiento del inodoro ni jabón ni agua corriente para lavar las manos. Y no se puede poner el papel en el inodoro debido a las cañerías. No estamos en Kansas (o sea, Michigan) nada más ...


Condujimos al hotel, y dormía por todo el paseo. Llegamos muy tarde, a las 3am. Estamos en un hotel antiguo que fue comprado por la Diócesis católica, y ahora sirve para una casa de retiro y misión. Además de los doce dominicanos que trabajan en la misión como nosotros, somos las únicas personas aquí. Cada uno tenemos nuestras propias habitaciones con armario y baño. Es más que mis expectaciones anteriores.


No puedo creer la humedad de aquí. Pues, sí lo puedo creer, porque hacía mucha humedad cuando estaba en Havana, pero todavía me sorprendió. Me piel está perpetuamente pegajosa, y ya puedo ver que voy a tener pelo rizado por toda la semana. Hacía 70°F cuando llegamos anoche, y parece que la temperatura permanecerá en los 70 y 80 por la semana. Ahorita el cielo está cubierto por nubes, pero nubes blancas, y así aunque no se puede ver el sol todavía está brillante afuera. Hace mucho viento también. Puedo ver la playa y el océano por mi ventana, y las palmas se mecen y las olas son fuertes. No es la playa típica que viene a la mente con pensamientos tropicales, sino más como una selva chiquita, y todo es de uno u otro goma de verde. Llueve momentáneamente, pero se dice que solamente llueve por un rato cuarto, y se interrumpe pronto. Ojalá que sí - ¡me gustaría tomar el sol por lo menos una vez mientras que estoy aquí!


más adelante

Hoy hicimos mucho mas que anticipaba. Había un desayuno, pero solamente comí un Poptart en mi habitación. Después, teníamos tiempo libre, y traté de conocer a algunos nativos, porque hay muchos que trabajan en la misión como voluntarios y están aquí en la casa siempre. Soy una de los únicos estudiantes con la misión que es bilingüe, y ya he logrado mucha práctica. Hablé con 4 o 5 de los dominicanos jóvenes (más o menos de mi edad) por casi una hora, y su español es aún otro tipo. Es muy similar al español cubano, y se hablan unos a otros muy rápidamente. Un chico, Tyler, comentó que mi español es muy mexicano, lo que no me sorprende por la cantidad de influencias mexicanas en Michigan.


Después de almorzar (verduras, pescado frito, y lasaña típica) salimos para la comunidad Granito de Mostaza. Es un hogar para niños muy discapacitados; unos son huérfanos y otros simplemente vienen de familias demasiados pobres para proveer para ellos. Trajimos ositos, juguetes, y marcadores para ellos. Unos eran demasiados discapacitados para jugar, pero otros sí podían. Amanda también trajo su violín y bailamos con algunos. Era mu divertido relacionarnos con ellos, y otra vez yo tenía la ventaja de poder hablar y leer en su propia lengua nativa.


También visitamos a dos otros centros para niños, uno que se llama la Casa Nazaret (una casa para niñas discapacitadas) y otra hogar para niñas pobres. En el segundo, esas chicas se quedan en la casa durante la semana, lunes hasta viernes, y asisten a la escuela en el mismo lugar, enseñadas por las monjas. En los fines de semana, salen para regresar a sus casas lejanas en el campo o con cualquier familia que tengan.


Después de los orfanatos, fuimos a Puerto Plata para visitar lugares de interés. Fuimos a la Fortaleza de San Felipe, en la costa del Atlántico, y también a la catedral en el centro.


Regresamos a las 8pm, y cenamos. Me he dado cuenta de que voy a comer muchos Poptarts y sandwiches de mantequilla de cacahuate y jalea, porque la comida típica es muy similar a la comida cubana: aburrida, agria con vinagre, y sin mucha variación.


Mañana vamos a la capital para más exploración. Pienso que será interesante.


No comments:

Post a Comment